Tuesday, August 2, 2011

Al grano

En veces me encuentro caminando y en otras me encuentro corriendo, pero son las veces como hoy que con cierta tranquilidad dejo que mi mente y espíritu fluyan y me siento volando. Pero es más como acostarme en un pasto apetitoso y con mis brazos cruzados detrás de mi cabeza, sentirme maravillada nuevamente con la vida como si fuera la primera vez. Y acostarme en ese pasto es poder sentir la sensación tan rica de inhalar y exhalar sin prisa, realmente admirando mi alrededor. Realmente sentir el cosquilleo y frescura del pasto en mis manos mientras lo acaricio. Es poder relajarme de cuerpo y alma y realmente observar el mundo y hacer lo que acostumbro hacer de vez en cuando…poner todas mis anécdotas en perspectiva y reflexionar para que nunca pierda esa conexión tan íntima y profunda que he podido lograr tener conmigo misma. Para aprender de mis experiencias y crecer como persona.

Nuevamente me encuentro en un caminito tan diferente que el de hace unos meses o hasta minutos. Vaya, que es casi increíble haberme regresado a vivir al valle, pero al mismo tiempo siempre he dicho que soy tan impredecible hasta para yo misma. Y no me arrepiento de haberme regresado porque
estoy disfrutando de una nueva etapa. Una nueva etapa producto de un previo ciclo cerrado.

Es una nueva etapa en donde gozo del convivio familiar que hasta antes de decidirme en regresar, ya mostraba síntomas de nostalgia y melancolía porque… ¡Ya empezaba a extrañar a la raza!




Y vaya que yo no soy mucho de extrañar porque me considero de espíritu demasiado libre. Pero cada vez que iba a visitar a la familia en un fin de semana libre, me costaba regresarme porque disfrutaba el comer en mesa juntos, ver los partidos de fútbol juntos o hasta escuchar las risas u ocurrencias de mi familia.

Siempre he estado de acuerdo que el cambio es inevitable y lo único seguro en la vida es precisamente eso…el cambio. Y claro, la muerte. Pero los cambios son tan enriquecedores y en lo personal, me permite subir a un nuevo precipicio donde puedo dominar el mundo
de diferente ángulo.

Eso sí, siempre cuando no se pierda el dedo del renglón, no se pierda ese fuerte olfato hacia la felicidad y no se pierda esa conexión con uno mismo para que siempre te conozcas y te veas tal como eres, con defectos y virtudes, y aun así siempre tener auto amor. Conocerse al grano es poder aceptar que primero que nada somos humanos y que cometeremos errores. Duele aceptar un error, eso no se niega, pero no hay que quedarnos cegados. Somos humanos y no somos perfectos es cierto, pero somos humanos con una fuerza de voluntad tan fuerte que si queremos podemos.

Y hay algunas personas que viven su vida sin nunca realmente conocerse al grano. Llevan una vida llena de negaciones. Yo no entiendo como uno puede negarse de la realidad. No lo entiendo para nada. Negar que hayan cometido un grave error. Negar que tengan malos hábitos. Negar que estén con alguien que no vale la pena. Negar que su infelicidad sea por causa de su falta de convicción y ambición. Negar que la vida es de tomar las riendas y no de depender en que Dios siempre las tome. Y no es que esté en contra de los creyentes, solo de que generalmente tienden a dejar toditito en manos de Dios en vez de tener iniciativa y tomar responsabilidad de sus decisiones y consecuencias. El libre Abreu existe por alguna razón.

En fin, es evidente que las experiencias son las que moldean nuestras personalidades; nuestras experiencias son las que nos da nuestra esencia y excentricidad. Pero es muy importante que encontremos la manera de nunca perder una conexión sincera con uno mismo y ver las cosas por como son. Al conocerte al grano te permitirá a poder aceptar y adaptarte a los cambios que te trae la vida o los cuales sentirás que sean necesarios en un dado momento.