Hay que cerrar

Quiero compartir unos versos que escribí en el 2005, que por cierto pensaba que eran palabras que iban a marcar un fin victorioso. Estaba equivocada porque en realidad son viejos sentimientos que por buen rato siguieron dejando huellas en mi futuro. Ya basta con tener que seguir cargando esas mugres maletas emocionales que pesan más que la chingada, y conseguirme equipaje nuevo… con llantitas, ¡Claro!

Hay Que Cerrar

Aunque quisiera decidirme por lo tanto que me cuchicheas,
Mi corazón no deja de insistirme que un reposo de emergencia es necesario.
¿Un reposo? ¿Acaso el corazón toma descanso?
Pues lo difícil que es de entenderlo, es como el empate de lo que es combatirlo.
¿Un combate? ¿Una guerra?
Sí, y en un suelo resbaloso en donde tomar paso es dificultoso.
Y así causando que levante mi bandera…
¿Bandera?
Pero claro, la blanca.
La fuerza individual claro que no es suficiente,
Pues la ayuda de un mas grande ser es concluyente.
Claro, ahora entiendo…
Entiendo que hasta un joven corazón se cansa,
Se cansa…
De sufrir.
Y es por eso donde surgen ilusiones, o serán mas como desilusiones,
Que culminan laberintos de confusiones,
Arraigándose de mí y causando tantas otras equivocaciones.
Y si por mí fuera,
Desalojaría cada pensamiento
Cada acontecimiento
Cada herida por las tantas puñaladas
Y así cerrando el libro….
¿El libro?
Sí, el libro,
El de decepciones y del mal de amores.
Pero yo no tengo fuerza, ni manos
¿Será la fuerza del tiempo que me ayudará a encerrarlo?
Mi última esperanza sería esa…
Depender del tiempo para que así deje de hojear,
Hojear y hojear porque estoy atrasada,
Otro libro es donde debo de estar.
¡Pues claro!
Si en este ya debería de haber llegado…
¿Llegado?
¡Sí! En donde dice El Fin.